Cuando un agricultor tiene un número determinado de hectáreas destinadas al cultivo de alguna especie de fruta o verdura, y su fruto se encuentra en su punto óptimo de recolección, el agricultor recoge su cosecha y la traslada a su cooperativa de confianza y donde está afiliado. Allí, le dan un precio marcado previamente para esa variedad en concreto, y es de donde el agricultor obtiene sus ingresos para afrontar los costes de la campaña, y su beneficio.
Por otro lado, cabe destacar la especialización del sector a un mercado más exigente y con cada vez menos capacidad de sorpresa, donde la aparición de variedades derivadas de todo tipo de productos, muy presentes en nuestra alimentación, se ha instaurado en la oferta de la producción y la comercialización agrícola. Todo ello, con ánimo de asombrar al cliente final y ofrecer un gran abanico de posibilidades para todas las demandas posibles, y cubrir así todo el espectro de mercado.
De esta forma a día de hoy, podemos encontrar en nuestras fruterías o grandes cadenas de supermercados, multitud de marcas, como sandías con/sin pepitas, negras, rayadas, e incluso con la carne amarilla, variedades de tomates de todas las formas y colores, o incluso pimientos con color de chocolate.
Esta especialización, y el tener productos de una calidad notable, pueden despertar la curiosidad en productores o pequeños comercializadores agrícolas. Curiosidad que se transforma cada vez más en iniciativa real, de sacar sus propias marcas de producto y comercializarlas de forma autónoma e independiente sin pasar por cooperativa. No todo el mundo destina toda su cosecha a esto, la comercialización propia es una actividad compatible a la comercialización tradicional en cooperativa, pudiendo sobre todo en su inicio, destinar solo una pequeña parte de la cosecha a esta comercialización autónoma.
Claro, la comercialización de una marca propia no es llegar y besar el santo, máxime en un mercado tan sumamente competitivo como en el que nos encontramos. ¿Por qué van a comprar tu producto? ¿Qué lo diferencia del resto? ¿Cuáles son sus ventajas competitivas? ¿A qué target va dirigido? Una vez respondidas todas estas cuestiones, habrá que dotar a nuestro producto de un aspecto, que comunique los valores y esencia de lo que queremos transmitir, y esos valores y esencia los conseguiremos a través de la imagen de marca.
A continuación, a ti, que eres agricultor y que llevas un tiempo comercializando tu marca propia, o que te estas planteando hacerlo, te dejamos una serie de recomendaciones con las que tu producto tendrá una mejor penetración en el mercado, y será más susceptible de ser comprado por el cliente final, si cumple con los siguientes criterios.
PAUTAS A TENER EN CUENTA EN LA CONSTRUCCIÓN DE MARCA PARA LA COMERCIALIZACIÓN DE UN PRODUCTO AGRÍCOLA:
A continuación, te vamos a marcar las 5 directrices básicas que recomendamos desde Fama para la elaboración de tu imagen de producto ideal, y su correcta presentación en el mercado.
1.DESARROLLO DE PROYECTO DE NAMING
Esto, ni más ni menos, es ponerle nombre al producto. Este proceso de elección de nombre estará influenciado por los valores del producto, su tipología, mercado al que va dirigido, y a su vez, tendrá buena sonoridad y será comercial. Aun cumpliendo con todas esas premisas, una no menos importante es, ¿Está registrado por otra marca? ¿Registrado a nivel nacional o a nivel internacional?
En este sentido, es importante rodearse de alguien que pueda ayudarte en este proceso, que esté especializado en la elección de nombres expresamente publicitarios, y que sepa decirte si se puede emplear en el mercado, o está ya en uso.
2.DESARROLLO DE IMAGEN DE MARCA
Una vez que sabemos como vamos a llamar a nuestro producto, uno de los pasos más importantes en la construcción de cualquier marca, es la definición de su logotipo. Esa seña de identidad que acompañará siempre al producto y le permitirá distinguirse en el mercado.
A su vez, la imagen de marca no solo va acompañada del logotipo, sino también de otros elementos publicitarios, todos ellos con una misma gráfica asociada que nos proporcionará coherencia visual en nuestras comunicaciones y se extrapolará de la propia gráfica del logo.
3.FORMATOS DE PRESENTACIÓN DEL PRODUCTO
Ya que tenemos nombre y seña de identidad del producto, su logotipo, es hora de construir aquellos formatos que presentarán nuestro producto en el mercado. Estos formatos pueden ser trípticos, dípticos, catálogos, o simplemente una lámina comercial; y recogerán información acerca del proceso de fabricación del producto, de sus bondades, de qué lo hace único, de qué ventajas aporta el comérselo, cuan limpio ha sido el proceso de cultivo, y sobre por qué es la mejor opción para el cliente final.
Dependiendo del público al que vamos dirigidos, la información a mostrar en un formato u otro será distinta. Si estamos enfocados a grandes cadenas de alimentación, o grandes mercados mayoristas, será interesante hablar de nuestra facultad logística, de nuestra agilidad para llevarlo del campo al punto de venta, de nuestra gran capacidad de producción para abastecer grandes demandas, de por qué el cliente final lo comprará, etc. Si vamos al cliente final, el tono de la comunicación será otro, más centrado en las bondades del producto y en qué nos va a proporcionar si lo compramos.
4.CREACIÓN DE PÁGINA WEB
Con ánimo de generar confianza, crear marca, mostrarle al mundo que nuestro producto no es uno más y que lo puedes encontrar donde quieras, que mejor que transmitir esa sensación en Google y poder presentarlo en una página web.
La web deberá ser limpia, transmitir muy bien lo que queremos, tener un alto impacto visual, gran usabilidad, buena conectividad con tus redes sociales, y botones con llamadas a la acción o formularios de contacto para que los clientes potenciales puedan ponerse en contacto contigo para solicitar información.
Esta web también puede ser una ECOMMERCE con la que vender tu producto, bien directamente al cliente final, o a una gran cadena alimenticia. En Fama, tenemos amplia experiencia en esto y, sabemos que el producto correctamente presentado y bien enfocado, tendrá muchas posibilidades en el mercado.
5. REPORTAJE FOTOGRÁFICO
Para presentar correctamente cualquier producto, ya sea en formato físico o digital, es imprescindible disponer de unas fotografías de calidad, que permitan mostrar el producto de la forma más real y bonita posible. Esto solo puede conseguirse a través de un reportaje fotográfico profesional del producto en campo y/o estudio, que será determinante en la presentación de tu producto.
El material fotográfico, además de servir para que el cliente conozca el producto, se puede complementar con imágenes de instalaciones, procesos productivos, personal, logística… Otros elementos que lo hará más interesante aún.
Estas han sido nuestras 5 recomendaciones básicas de marketing agrícola, las que deberías plantearte si estás pensando en comercializar tu propio producto. Por supuesto, todo esto no será nada sin tu buen hacer en el cultivo del producto, y tu capacidad de sacrificio para venderlo y servirlo.
¿Te sumas al carro de la comercialización propia?
Si es así, llámanos, tenemos muchas más cosas que contarte, y en las que podemos ayudarte.
